Taller “Compartiendo experiencias de incubación de empresas desde las Universidades”

Hoy, 9 de mayo, se presentaron los primeros resultados del proyecto sectorial del Ministerio de Educación Superior (MES) durante el taller “Compartiendo experiencias de incubación de empresas desde las Universidades”, celebrado en el Hotel Meliá Habana Libre. El evento reunió a directivos, académicos, especialistas y emprendedores de distintas universidades e instituciones cubanas con el objetivo de reflexionar, compartir experiencias y proyectar acciones para fortalecer la creación de empresas de base tecnológica desde la academia.

La Dra.C. Ondina León Díaz, Directora general de Investigación y Posgrado del MES, abrió el taller destacando que Cuba atraviesa un proceso clave de fortalecimiento institucional. En este contexto, el proyecto sectorial se propone dar respuesta a problemas concretos del país mediante acciones enfocadas en la ciencia, la innovación y la creación de capacidades emprendedoras. Subrayó la necesidad de contextualizar la figura de las startups en el entorno cubano y reconoció el papel estratégico de la Fundación UH como una estructura dinamizadora con experiencia concreta en procesos de incubación y gestión de la innovación.

Uno de los momentos más relevantes del evento fue la intervención del Dr.C. Agustín Lage Dávila, asesor de BioCubaFarma, quien reflexionó sobre los profundos cambios que trae consigo la cuarta revolución industrial. Explicó que las nuevas tecnologías están generando un nuevo tipo de empresa, muy diferente a las tradicionales: centrada en la cadena de valor, en la economía del conocimiento y en la inversión del potencial humano. En su visión, la vía de desarrollo de Cuba es precisamente esa: aprovechar su capital humano —uno de los más preparados del mundo en términos de escolaridad— para articular ciencia e innovación como pilares del desarrollo económico. Enfatizó que el papel de las universidades es esencial, tanto en la formación como en el impulso a la creación de empresas que generen valor.

Desde la Fundación UH, la Dra.C. Vilma Hidalgo, nuestra Directora general, aportó una visión crítica y clara sobre el concepto de startup, describiéndolo como una iniciativa en incubación que necesita condiciones, acompañamiento y validación para prosperar. Destacó la necesidad de contar con políticas de fomento basadas en objetivos claros, así como con una cultura y un tejido empresarial que hagan posible que las invenciones científicas se conviertan en soluciones prácticas. Advirtió que, sin una estructura que garantice la validación de los modelos, muchas ideas podrían quedar estancadas, pese al enorme potencial humano existente.

La Dra.C. Annia Hernández Rodríguez, Directora de Desarrollo de nuestra institución, complementó esta visión al presentar cómo los grupos de desarrollo creados por la Fundación UH responden a retos y demandas específicas, organizados en equipos multidisciplinarios bien posicionados en sus ámbitos de actuación. Destacó que la innovación debe gestionarse adecuadamente para que no existan vacíos estructurales en el ecosistema. Por su parte, la MsC. Arlem Perdomo Díaz, Jefa del Departamento Jurídico y de Propiedad Intelectual, insistió en que los procesos de incubación deben ir acompañados de formación en propiedad intelectual, como un elemento clave para proteger, fortalecer y posicionar las ideas en el mercado.

Durante los debates que siguieron, varias intervenciones destacaron el valor del proceso de incubación como herramienta para transformar el conocimiento en impacto real. Desde la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), se afirmó que el capital humano es el principal activo de las universidades, y que el verdadero valor de una idea radica en que la academia la acompañe activamente. También se mencionó que aún falta una cultura de innovación sólida en muchas universidades del país, pero que ya existen metodologías e instrumentos (como los que aplica nuestra Incubadora) que permiten avanzar con rigor y coherencia.

Una de las experiencias más inspiradoras fue la presentación de AgroSano, la primera MIPYME universitaria de base tecnológica, a cargo de la Dra.C. Yamilet Coll. Esta startup está aún en fase de incubación, validando tanto su modelo tecnológico como su modelo de negocio. Uno de sus mayores desafíos actuales es el reposicionamiento del producto Biobras, y para ello están realizando pruebas en condiciones reales mediante el Acelerador Agrícola. Este caso demuestra que es posible integrar ciencia, producción y mercado desde una lógica universitaria.

Otro ejemplo destacado fue Consultores UPR, presentado por el Dr.C. Carlos César Torres Páez, desde la Universidad de Pinar del Río. Esta MIPYME estatal surgida desde la academia evidenció que existen diferentes modelos empresariales viables nacidos desde las universidades, todos con gran valor para la innovación territorial.

El Dr.C. Rafael Torralba compartió la experiencia del Parque Científico Tecnológico de La Habana, subrayando que lo importante no es el tamaño ni la ubicación de la universidad, sino la capacidad de dinamizar espacios y articular oportunidades. Desde la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, el Dr.C. Gilberto Quevedo presentó, de manera virtual, el caso de la interfaz SICTE SA, como una muestra del potencial de las universidades cuando se integran con visión empresarial.

En el segundo momento de debate, se reafirmó que cuando la ciencia y la innovación están articuladas, se actúa en coherencia con la política del país. Se reiteró que, donde haya un problema o una necesidad, debe haber presencia activa de la universidad, con propuestas organizadas que gestionen la innovación con eficacia. La Dra.C. Ileana Morales, Directora de Ciencia del MINSAP, compartió que el Ministerio de Salud Pública trabaja estrechamente con la Fundación para la creación de un clúster de biomédica, utilizando nuevas figuras de gestión para potenciar el desarrollo del sector desde la propia innovación de la Universidad de La Habana.

El Dr.C. Rolando Pérez, Asesor de Biocubafarma, concluyó con una idea fundamental: “La ciencia genera conocimiento, pero la innovación genera valor. Y ese valor se convierte en desarrollo”. Enfatizó que es clave identificar personas y líderes con capacidades emprendedoras, que comprendan que la propiedad intelectual también forma parte de la cultura de innovación que debe consolidarse en nuestras universidades.

Este taller fue una muestra clara del potencial transformador de las universidades cubanas. No solo como centros formativos y científicos, sino como espacios vivos donde nacen soluciones, se incuban ideas y se construyen modelos productivos con impacto social y económico. El camino hacia una economía del conocimiento no solo es posible: ya ha comenzado.

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